martes, 18 de noviembre de 2008

ANÁLISIS DEL COLOR DEL PARAÍSO

EL COLOR DEL PARAÍSO
(The color or paradise) (Rang-e khoda)
Ficha técnica:
Dirección y guión: Majid Majidi.
País: Irán.
Año: 1999.
Duración: 90 min.
Interpretación: Mohsen Ramezani (Mohammad),
Hossein Mahjub (Hazme Padre),
Elham Sharif (Hanyeh abuela),
Farahnaz Safari(Bahareh),
Mohammad Rahmaney (Maestro),
Zahra Mizani (Maestra),
Kamal Mirkarimi (Decano),
Corteza Faterni (Carpintero),
Masoomeh Zainati (Mujer joven),
Ahmad Aminian (Padre de la mujer joven),
Besad Rafeiey (Maestro del pueblo),
Johnali Khorami (Aldeano).
Producción: Medí Karami.
Música: Alireza Kohandairi.
Fotografía: Mohammad Davoodi.
Montaje: Hassan Hassandoost.
Diseño de producción: Asghar Nezhadeimani.
Vestuario: Asghar Nezhadeimani.

LA HISTORIA

Mohammad es un niño ciego de ocho años que estudia en un colegio especial de Teherán. Inteligente e hipersensible, ha desarrollado extraordinariamente los demás sentidos y sufre con la rudeza de su padre, un carbonero viudo que ve a su hijo como una maldición de Dios. Esta frialdad marca las vacaciones de Mohammad en su pueblo natal, una preciosa aldea perdida en las tierras altas del norte de Irán. Allí, el chaval intenta ganarse a su padre -que está obsesionado con volver a casarse-, mientras disfruta de los parajes naturales y del cariño de sus dos hermanas y de su abuela, una mujer trabajadora, vitalista y religiosa.

LOS PERSONAJES

MOHAMMAD, EL BUSCADOR
Se trata de un niño ciego de unos 10 años. Es un niño de una fuerte sensibilidad. Ya en las primeras escenas se nos muestra su capacidad de recoger recuerdos que luego se convertirán en regalos. Le vemos atento a la naturaleza, feliz con el cariño de su abuela y sus hermanas. Pero vive su ceguera con profundo sufrimiento en la medida que es rechazado como una maldición por su padre. Hay un momento en que expresa bien el sentido de su sufrimiento: “Nadie me quiere ¿sabe? Ni siquiera mi abuela. Todo el mundo se aleja de mí porque soy ciego. Si pudiera ver podría ir a la escuela del pueblo con los otros niños. Pero como no puedo ver tengo que ir a la escuela para niños ciegos en el otro extremo del mundo. Nuestro profesor dijo que Dios ama a los ciegos porque no pueden ver y yo le dije que si fuera así no nos habría hecho ciegos, para que pudiéramos verlo a él. El me contestó, Dios no es visible está en todas partes, puedes sentirlo cerca, lo ves a través de la punta de los dedos. Ahora tiendo las manos por todas partes buscando a Dios hasta que pueda tocarlo y pueda contarle todos los secretos de mi corazón”.

Su condición de ciego le permite una habilidad especial para escuchar y leer la naturaleza. Así oye hablar a al pájaro carpintero con su pico, lee con las puntas de sus dedos en las piedras del río y en las espigas. Así ha aprendido especialmente a escuchar y a tocar. También ha aprendido a ver con el corazón. Especialmente las escenas de encuentro con su abuela en la distancia. En su sufrimiento (presentado con lágrimas) es capaz de la alegría.

SU PADRE, UN HOMBRE PERDIDO
El padre es un hombre perdido. Vive en el egoísmo de su propio camino y ha olvidado de todo y todos los demás. La carbonera es un signo de su propio interior. Nos muestra su interior cuando su madre le abandona y grita desesperado: “¿Quieres causarme dolor? ¿No? Lo hice por su propio bien ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Qué habré hecho de malo? ¿Qué he hecho yo para merecer este castigo? Y tener que estar cuidando de un niño ciego durante el resto de mi vida. Dime, ¿quién cuidará de mí cuando sea demasiado viejo y no tenga fuerzas para trabajar? ¿Por qué ese gran Dios tuyo no me ayuda a salir de esta miseria? ¿Por qué debo estarle agradecido? ¿Por las cosas que tengo? ¿Por todas mis miserias? ¿Por un niño ciego? ¿Por la esposa que perdí? He aguantado cinco largos años, sí. ¿Qué has hecho tú? Eso, soy un hombre pobre y miserable, perdía a mi padre tan pronto que apenas lo recuerdo. ¿Quién se preocupa de mí? ¿Quién va ayudarme? Vete, vete donde quieras. Vete de aquí”.

LA ABUELA, EL ROSTRO DEL AMOR
La abuela es el gran personaje de referencia para Mohammad. La vemos acogiéndolo en su llegada, besándolo y acariciándolo. Hay un momento en que le dice “Yo daría mi vida por ti, Mohammmad”. Vive en la naturaleza y el trabajo puede ser una contemplación como dar de comer a las gallinas o preparar el tinte para la lana. Es la referencia de la familia y entiende con lucidez lo que le pasa a su hijo: “Lo haces por él (Mahammad) o lo haces por ti” (cuando quiere llevarlo fuera de casa)”Eres tu el que me preocupas” (cuando está enferma). Es una mujer de oración y cercanía a Dios.

LOS MAESTROS DE LA VIDA
- El primero le conoce, le ayuda y le ha ofrecido claves para afrontar su situación.
- El segundo compartiendo la ceguera, en el aprendizaje de la carpintería le enseña como enfrentar la vida.

LAS HERMANAS, LA ALEGRÍA DE LAS VÍCTIMAS
Son alegres, cariñosas con Mahammad pero incapaces de enfrentarse al padre que les somete a sus planes.

SIGNOS Y SÍMBOLOS, SU INTERFERENCIA EN LA PELÍCULA.

“Impregnables las escenas en que el niño encuentra letras y números en los guijarros del río, en los granos del trigo, en los sonidos del pico picapinos, en la arena de la playa...” Sonia Gurrero (Critica español de cine). Para el niño, su lenguaje es la naturaleza, todo es comunicación, cualquier objeto que tocara era como una letra del sistema braille.

1. La presencia de lo invisible: El cine como el arte en general trata de hacer visible lo invisible. ¿Cómo puede la pintura expresar un sentimiento? ¿O cómo puede una fotografía contar una historia? Uno de los retos más fuertes del cine ha sido intentar pasar a la pantalla el misterio de Dios.
En El color del paraíso Dios se hace visible a través de los sentidos. Así hay un sonido de Dios que el cuco que va acompañando a Mohammad y que también cantará en el momento final.
También se muestra a Dios por donde habita. Así el director nos muestra detenidamente el cielo en la muerte de la abuela y en el desenlace. En estos casos para comunicarse Dios se muestra como una luz blanca que ilumina con extraña luminosidad al sujeto. Es una luz que mitad viene de fuera y mitad brota de dentro.

2. La creación como palabra de Dios: Majid Majidi nos invita a contemplar la creación. El paso del mundo urbano de Teherán, al pequeño pueblo rural donde vive la familia de Mohammad es un salto hacia la naturaleza.
La película invita especialmente a la contemplación del color. Así los contrastes cuando tiñen las telas o los campos en flor. Mohammad no ve la naturaleza pero la siente y la escucha. Él busca con sus manos el código profundo todo. Él escucha el secreto de la realidad.
Para el director la naturaleza es creación de Dios. Y cuando el mal invade la vida hasta la creación se nubla. Es significativa la escena luminosa donde los niños y la abuela recogen los huevos de las gallinas y les dan de comer. Al poco el tiempo se nubla y todos entendemos que se avecina algo malo. Y esto ocurre en varios momentos.
Al final Dios irá diciendo sus palabras a través de la creación como había prometido el maestro al pequeño Mohammad.

3. El icono de las manos: El hombre son sus manos. En esta película las manos muestran las actitudes de las personas.
Hay manos abiertas como las de la abuela y manos cerradas como las del padre. Hay manos que trabajan y que enseñan creando como las del maestro carpintero.
Pero también hay manos que se cansan y están manchadas como el padre pintando la casa. Hay manos que ven aunque no vean y manos que no ven aunque vean. Hay manos blancas aunque sean negras. Y también aparecen las manos que dan regalos o que rezan. Siguiendo las manos encontraréis el verdadero ser de cada personaje.

4. La experiencia de ser salvados: Hay tres parábolas escondidas en la película. La de una cría de pájaro a la cual Mohammad salvará llevándola con esfuerzo al nido. Hay un pez que colea fuera del agua al que la abuela, a pesar de sus dificultades, se para rescatar. Pero también aparece una tortuga atrapada ante la cual el padre pasará de largo.
La salvación supone que en la debilidad una mano que viene de fuera nos salva para llevarnos al nido o al agua de vida. ¿Qué mano aparece aquí salvando al pequeño Mohammad? La mano de Dios.

5. la voz de la conciencia: En El color del paraíso Dios se hace visible a través de los sentidos. Así hay un sonido de Dios que el cuco que va acompañando a Mohammad y que también cantará en el momento final. El canto del cuco puede representar la voz de la conciencia que en Mohammad es clara y melodiosa, agradable en medio de la incertidumbre que produce la oscuridad de la ceguera, el mismo canto que para el padre es grave y atronador como retumbando en su conciencia culpable; el padre vive únicamente para sí mismo y se siente maldecido por Dios. Sobre él se descargan los sonidos del pecado, de la maldad (cuando se corta afeitándose, o cuando camina por el bosque llevando a Mohammad en el caballo).


LOS COLORES EN EL COLOR DEL PARAISO.

EL BLANCO NIEBLA: La vida toda está enmarcada en una niebla que no permite verlo todo con la suficiente claridad que apaciente nuestro espíritu, reconocemos la realidad, pero no alcanzamos a descubrirle todos sus sentidos, como si andaremos en medio de la niebla. La niebla está cuando la abuela muere, como representación de la tristeza y la soledad de perder la seguridad que representaba su abuela, no se trata de ver o no ver, se trata de sentir viendo con el corazón como dice Exuperry en el “principito”: lo esencial es invisible, sólo se ve con los ojos del corazón”.

EL VERDE ESPERANZA: En la concepción islámica de El color del paraíso, no todo es nostalgia, dolor y sufrimiento; interrogación absurda de la criatura al creador por sus desgracias; es la esperanza del “paraíso” de encontrar la presencia de Alá en la misma creación. Esta esperanza es representada en el frescor de la naturaleza, en su aroma, su textura tosca como la vida misma, pero que nos garantiza la posibilidad de contacto con ese creador que no podemos ver.




CARTA

Teherán, 18 de de noviembre de 2008

Querido padre:

Me encuentro muy triste en medio de esta oscuridad, sin mi familia a mi lado. Estoy muy ansioso por que ya se acercan las vacaciones y te espero con gran ilusión, sé que esta vez no me fallarás y vendrás por mí. Sé que soy un encarte para ti, pero yo te quiero papá y a pesar de mi limitación física trataré siempre de velar por ti, mi abuela y mis hermanas que son la gran alegría y esperanza de mi vida. Aunque no vea con mis propios ojos, lo puede hacer con vuestros ojos, son ustedes los que me han enseñado a descubrir con mis propias manos las maravillas de la creación. No necesito verlos para amarlos y sentirlos. Quiero estar con ustedes a mi lado en la granja de la abuela para sentir la naturaleza, las flores, el río, el canto de los pájaros y las dulces risas de mis hermanas que son mi relación con Dios.

Bueno papá saludes a mis hermanas y a mi abuela, me quedo esperando por ti. Que el grandioso Alá nos proteja a todos.

Tu querido hijo. Mohammad



REFLEXIÓN

Matín Heidegger nos dice que el ser es un da-sein, un estar ahí. Una presencia que se nos va develando. El ser está velado, y nosotros tratamos constantemente de desvelarlo, a veces lo intuimos, pero por lo general se nos presenta en medio de brumas y dudas que nos desconciertan. Así es el color del paraíso, una película sencilla, pero cargada de sentido, no pretende más que contar una historia, la historia de todo hombre que busca ver las cosas con claridad, descubrir su propia vida. Pero en este afán de descubrirnos a nosotros mismos dejamos pasar esos pequeños momentos que son los que dan el verdadero sentido a la existencia, una flor, el murmullo del río, ahí en cierta medida está lo que buscamos. Debemos despertar todos nuestros sentidos, nosotros somos miopes sólo vemos de un modo, mientras que Mohammad, podía ver con sus manos, sus oídos, todo en medio de la oscuridad le decía algo. Esto nos demuestra que como docentes tenemos que despertar la sensibilidad a nuestros alumnos para que aprecien el valor de la vida, de la creación, que estén en constante comunicación con su entorno, que no pierdan la capacidad del asombro y que a través de los sentidos pueden encontrar significados que garanticen un conocimiento duradero y significativo

POR: Berta y Miryam

1 comentario:

Luz Yepes dijo...

Gracias por compartir su trabajo
Luz Marina